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Iglesia y Justicia: Una Herramienta para las Iglesias (y en inglés)

Lo que encontrará abajo

  • Introduction & Welcome!
  • Parte 1 – Cómo llegamos aquí: el sistema de justicia penal de Estados Unidos
  • Parte 2 – ¿Qué es justicia?
  • Parte 3 – ¿Qué son el trauma y la violencia?
  • Parte 4 – ¿Cuál es el papel de la equidad racial?
  • Parte 5 – La Biblia y la sanación
  • Parte 6 – ¿Qué pueden hacer las iglesias?
  • Parte 7 – Recursos para las iglesias

Introducción

Sam Heath – Director de la Red Evangélica EJUSA

¡Bienvenidos! El propósito de esta herramienta es ser usada dentro de una comunidad cristiana, ya sea que haya otras personas presentes cuando lee el contenido o que esté en un espacio en el que pueda procesar el contenido después de verlo. La justicia ocurre en formas más duraderas dentro de una comunidad.

La intención de esta herramienta es educarlo y que pase del entendimiento al compromiso. Si, como dice Bryan Stevenson de Equal Justice Initiative, “la verdad y la reconciliación son secuenciales”, entonces debemos comprender la verdad antes de ser parte de la reconciliación o la conciliación. Abajo encontrará algunas verdades importantes y valiosas.

Puede leer todo el contenido de esta herramienta de una sola vez, en segmentos a través del tiempo o puede escoger lo que usted y su comunidad necesitan más. Usted conoce su corazón y su comunidad mejor que nadie.

Por favor haga clic abajo en el enlace de la información de contacto. Nos encantaría saber quién está usando esta herramienta, el impacto que tiene en su comunidad y si hay formas en las que podamos apoyarlo.

Abajo también encontrará la Guía para el facilitador que ayudará a quienes son miembros de una iglesia a orientar de forma intencional y cordial a los grupos de la iglesia que están usando esta herramienta.

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Guía para el facilitador

Parte 1 – Cómo llegamos aquí: el sistema de justicia penal de Estados Unidos

Aaron Griffith – Historiador y autor de La ley y el orden de Dios

Estados Unidos tiene el sistema de justicia penal más grande del mundo. Nuestro país tiene el 5% de la población mundial, pero tiene el 20% de los prisioneros del mundo. Tenemos casi un millón de oficiales de policía y en estos momentos hay casi dos millones de personas en la cárcel o en prisión, es decir, una de cada cien personas. Gastamos más dinero en cada persona encarcelada de lo que gastamos en cada estudiante. Como tenemos 2,300 cárceles y prisiones tenemos ⅓ de las mujeres prisioneras del mundo.

1 de cada 5 prisioneros del mundo está encarcelado en EE. UU.

Once millones de personas en todo el mundo están en prisiones y cárceles. EE. UU. encierra a una mayor proporción de estas personas que cualquier otro país ya que tiene tantos prisioneros como tienen en combinación los 194 países que tienen las poblaciones carcelarias más pequeñas

1 in 5 prisoners in the world is incarcerated in the U.S.

El sistema de justicia penal de Estados Unidos está formado por un confuso conjunto de entidades que tienen una historia igual de complicada, pero se destacan dos dimensiones de las realidades actuales e históricas de este sistema. La primera es la forma como el sistema de justicia penal se ha enfocado y ha afectado desproporcionadamente a las personas que tienen un estatus marginado en la vida de este país, en especial a las minorías raciales y étnicas y a los pobres. Las personas encarceladas en las primeras prisiones de Estados Unidos fueron desproporcionadamente personas que recién habían inmigrado, personas afroamericanas o personas indígenas. Hoy encontramos disparidades similares: las personas afroamericanas representan 13% de la población general de Estados Unidos pero representan 38% de las personas encerradas en las prisiones y cárceles de nuestra nación.

Disparidades raciales y étnicas en las instituciones correccionales

Las personas blancas están menos representadas en las prisiones y en las cárceles, mientras que las personas afroamericanas, indígenas y latinas están sobrerrepresentadas.

Graphic breaking down the racial and ethnic disparities in correctional facilities.

Segundo, los ideales que usualmente motivan al sistema de justicia penal no se han hecho realidad y puede que hayan contribuido con la inclemencia y la desigualdad del sistema. Las primeras prisiones estadounidenses empezaron como proyectos de reformas por parte de personas cristianas diseñados para cambiar los crueles castigos de la época colonial, pero rápidamente se convirtieron en poco más que depósitos con sus propias cualidades rigurosas. Los objetivos rehabilitadores del sistema de justicia penal de hoy tampoco se cumplen. A menudo faltan ideales motivadores como la justicia, mientras que el supuesto daltonismo del sistema oculta las desigualdades raciales.

¿Cuántas personas están encerradas en Estados Unidos?

EE. UU. encierra a más personas per cápita que cualquier otra nación con un asombroso índice de 573 personas por cada 100,000 residentes. Pero para acabar con el encarcelamiento masivo debemos primero tomar en cuenta dónde y por qué 1.9 millones de personas están confinadas a nivel nacional.

Graph breaking down how many people are locked up in the United States.

Tal como han comprobado muchos expertos, el poder y el tamaño del sistema de justicia penal de Estados Unidos tiene muy poca relación con los niveles de crimen en la sociedad general. Lo que está detrás de muchos de los impulsos de nuestra nación de vigilar y encarcelar es el temor, el temor a ciertas poblaciones que han sido consideradas criminales y merecedoras de castigos. Al mismo tiempo, el crimen que en realidad ocurre es abordado en formas que siguen provocando daños y no abordan las necesidades de las víctimas.

Vea el Proyecto cuarto de visitas donde escuchará a hombres que han sido condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Stacy Rector – Directora ejecutiva de Tennesseans for Alternatives to the Death Penalty

En Estados Unidos hemos ejecutado a más de 16,000 personas desde el año 1700. Esto es algo que hace el gobierno en nombre nuestro. 70% de las naciones del mundo han abolido la pena de muerte, lo que hace que Estados Unidos sea la única nación del Hemisferio Occidental que todavía la práctica. Sabemos que la pena de muerte se aplica de forma racista, fiscalmente irresponsable, tortuosa y que no evita el crimen. Lo único que hace la pena de muerte de lo que dice que hace es castigar.

Pero aun así persistiremos.

Apoyar y seguir aplicando la pena de muerte es el “NO” más rotundo de nuestra nación a la creencia en la capacidad de Dios de sanar después de que ha ocurrido el daño.

Debemos preguntarnos si el castigo es sinónimo de justicia.

Sabrina Butler-Smith – Exonerada del corredor de la muerte

Parte 2 — ¿Qué es justicia?

Sarah Jobe — Capellana de prisiones y codirectora del programa de estudios penitenciarios de la Escuela de Divinidad de la Universidad Duke

Los cristianos adoran a un salvador resucitado, pero este es un salvador que fue arrestado, torturado y ejecutado por el estado. Sarah Jobe habla de Jesús como una persona reincidente que tuvo roces con la ley, alguien considerado una molestia pública. Este “sirviente sufriente”, este “hombre de dolores” es nuestro Rey. ¿A quién adoran los cristianos? A un “Cristo convicto”, para usar las palabras de Jens Söring.

Podemos preguntarnos entonces, “¿quién es mi prójimo?”. La respuesta de Jesús a esta pregunta condujo a la parábola del Buen Samaritano en Lucas 10. ¿Su respuesta? Cualquiera que tenga una necesidad. Los cristianos podemos y debemos satisfacer las necesidades de quienes nos rodean. Necesitamos ojos para ver y oídos para oír lo que y a quienes con frecuencia pasa desapercibido.

Seguimos el llamado de Miqueas 6:8, “lo que el Señor te pide: tan sólo que practiques la justicia, que seas amigo de la bondad y te portes humildemente con tu Dios”.

Sam Heath — Director de la Red Evangélica EJUSA

La justicia no es un castigo, es seguridad, sanación y rendición de cuentas. La justicia es tratar activamente de sanar en lugar de sufrir pasivamente los efectos del castigo. La verdadera seguridad no es solo la ausencia de violencia, es la presencia de bienestar. Estados Unidos ha creado y existe bajo un sistema enfocado en el castigo en lugar de sanación. Nuestras acciones demuestran que nos importa más castigar a un malhechor que sanar o reparar al sobreviviente, a la comunidad que lo rodea o a la personas que cometen la ofensa. Para citar lo que dijo C.S. Lewis, somos complacidos con demasiada facilidad. Nos complace fácilmente el castigo cuando lo que puede darnos verdadero deleite es sanación, reparación y reconciliación. Nuestra obsesión nacional con el castigo, ya sea en el sistema de justicia penal o al criar a nuestros hijos, es idolatra y debe acabar.

Alan Johnson — Doctor en Ministerio, exreportero y testigo de 21 ejecuciones

Danielle Sered — Directora ejecutiva de Common Justice, sobreviviente de violencia

Parte 3 – ¿Qué son el trauma y la violencia?

Lionel Latouche — Director de Programas de Trauma y Confianza de EJUSA y psicoterapeuta

Curt Thompson, psiquiatra y autor, habla del trauma en El alma del deseo:

El trauma es producido por un evento, una serie de eventos o una serie de circunstancias que una persona percibe como física o emocionalmente abrumadoras y que tiene efectos adversos duraderos en el funcionamiento y en el bienestar mental, físico, social, emocional o espiritual; efectos que hacen que uno o una se sienta incapaz de cambiar. En este sentido, el trauma se refiere más a la percepción y a la respuesta de una persona a un evento que al evento mismo.

El video que aparece arriba menciona las “tres e” del trauma: el evento, la experiencia y el efecto. El trauma es el momento en la vida de una persona (evento), cómo se siente / responde esa persona en ese momento (experiencia) y la forma como el evento afecta su vida de forma física, psicológica y espiritual (efecto).

Estudios recientes sobre epigenética revelan el impacto perdurable del trauma en nuestros descendientes, lo que hace que los servicios informados por el trauma sean aún más importantes.

El “trauma” es una palabra moderna para un concepto antiguo. La misma Biblia, en ningún lugar más evidente que en el ministerio de Jesús, nos habla de un modelo para percibir a alguien y a su historia y acompañarlo en su camino a la sanación.

Al-Tariq Best — Director ejecutivo/fundador del Centro Artístico y de Trauma The H.U.B.B.

La violencia es mucho más que el crimen ya que no todas las formas de hacer daño son criminalizadas. La violencia puede ocurrir a nivel individual y a nivel sistémico. Vivimos en un mundo en el que el dolor puede adoptar muchas formas. Pero también puede hacerlo la sanación.

Creemos que establecer ecosistemas de seguridad pública centrados en la comunidad, en los que las comunidades sean interdependientes entre ellas para su seguridad, es la forma más efectiva de prevenir y hacer frente a la violencia. (Encuentre más información sobre los ecosistemas de seguridad pública centrados en la comunidad aquí y aquí.)

Como bien lo dijo Al-Tariq, “las personas heridas hieren a la gente, pero las personas sanas sanan a la gente”. Sabemos que la crisis de violencia es un problema de salud pública en este país que puede ser prevenido y tratado como una enfermedad. Para sanar, la gente necesita que las personas que cometen actos de violencia rindan cuentas de sus acciones. Rendir cuentas no significa ser castigado, significa reconocer (el mal hecho), reparar (a través de alguna acción física de reparación) y cambiar (el entorno o sistema circundante para que la violencia no pueda ocurrir de nuevo). Rendir cuentas de la violencia es lo opuesto a ser “blandos con el crimen”. Rendir cuentas es el trabajo más difícil que existe y por eso es necesario para romper los ciclos de la violencia.

La violencia engendra violencia, pero las opciones sistémicas basadas en la salud pública centradas en la comunidad para reducir la violencia son una forma como la sociedad puede volver a envainar su espada. Al tratar de reducir la violencia en lugar de castigarla tratamos de reflejar cómo la narración bíblica prioriza la sanación y la restauración social. Todo esto dentro del contexto de la comunidad.

Dr. Dorothy Johnson-Speight — Fundadora de Mothers in Charge y familiar de una víctima de homicidio

Parte 4 — ¿Cuál es el papel de la equidad racial?

Dr. Jemar Tisby — Historiador, autor y orador

Bryan Stevenson — Fundador y director ejecutivo de of Equal Justice Initiative

El racismo es una herejía. Es una herejía que alega que el color de la piel impone una jerarquía de valor en lugar de basar nuestro valor en que todos somos iguales y hechos a semejanza de Dios. Ninguna raza puede declararse suprema. Cristo mismo reina “a fin de que él tuviera la primacía en todo” (Col 1:18). El supremacismo blanco, como Satanás en el jardín, trata de usar una mentira para destronar a Dios.

La Dra. Chanequa Walker-Barnes define el supremacismo blanco como “el mal sistémico que niega y distorsiona la imagen de Dios inherente a todos los seres humanos basándose en la creencia herética de que la estética, los valores y las normas culturales de los blancos representan de la forma más completa la imagen de Dios. Por eso el supremacismo blanco sostiene que las personas blancas son superiores a todas las demás personas y dispone la creación, las identidades y las estructuras sociales que apoyan esta distorsión y denegación”.

Michael Emerson y Christian Smith en el libro Divididos por la fe usan el término “racializada” para describir a nuestra sociedad. Una sociedad racializada es una en la que “la raza importa profundamente para diferenciar las experiencias de la vida, oportunidades en la vida y relaciones sociales”. Una sociedad racializada también puede ser una “sociedad que asigna recompensas económicas, políticas, sociales e incluso psicológicas distintas a grupos a lo largo de líneas raciales, líneas que han sido creadas por la sociedad”.

Estados Unidos es una tierra racializada, pero la racialización nunca se separa de las jerarquías de clase, género, discapacidad y sexualidad.

Como estas categorías afectan tanto a la instituciones como a las personas necesitamos un enfoque doble, promover cambios sistémicos y cambiar corazones. Así es cómo podemos promover el reino multiétnico de Jesús en el que cada nación, tribu y lenguaje esté representado y alabe a Dios en unidad en lugar de uniformidad (Rev 5:9, 7:9, 11:9, 14:6). Las diferencias, incluso las diferencias étnicas, son celebradas desde la Creación (Gen 1:27) hasta el escatón (Rev 7:9), pero son transformadas por la unión de los creyentes que Cristo trae (Gal 3:28). Esta unidad en la diversidad se mantiene por el poder del Espíritu Santo (Hechos 2).

Parte 5 — La Biblia y la sanación

Joia Erin Thornton — Estratega de Políticas Nacionales de Southern Center for Human Rights

El evangelio es el anuncio de la buena nueva de que Jesús vino a derrotar a Satanás, al pecado y a la muerte. La muerte y la resurrección de Jesús sana a su pueblo y nos trae una salvación eterna que hace que nuestros corazones hagan eco de lo que dijo Juan, “Ven rápido, Señor Jesús”.

Pero eso no es todo.

Al crecer en la iglesia con frecuencia escuchaba a mis pastores decir que no solo fuimos salvados de algo sino por algo. Fuimos bendecidos para poder ser una bendición para los demás. Esto quiere decir que, aunque sabemos que la salvación es permanente e incondicional, todavía buscamos en este mundo formas de “buscar el bienestar de la ciudad” (Jr 29:7). Podemos buscar justicia y sanación para quienes nos rodean. Podemos ver una medida de shalom o paz en este mundo.

Dios no solo ha sanado nuestras almas, también ha salvado nuestros cuerpos para ser recipientes de acogida y reconciliación en todas nuestras esferas. Es por el amor a Cristo que encontramos el método y motivo para hacer esto.

De Jacob a Esaú en el Antiguo Testamento hasta Filemón y Onésimo en el Nuevo Testamento, el principio de reconciliación terrenal es una reacción central al amor de Dios. El evangelio de Jesús es el máximo ejemplo de esto, lo que hace

Randal Padget — Exonerado del corredor de la muerte

Parte 6 — ¿Qué pueden hacer las iglesias?

Pastor codirector de East End Fellowship

La iglesia no solo comparte el mensaje del evangelio de la vida en Jesús, sino también la buena noticia de una gracia común para todos y que los cristianos tratamos de prosperar en todos los espacios en los que estemos. Nuestro amor a Dios fluye como amor hacia los demás. Parte de amar a los demás es escuchar y tratar de satisfacer las necesidades de nuestras comunidades.

Las iglesias deben primero cuestionar a sus comunidades locales para identificar y sentir sus necesidades. De allí podemos pasar al compromiso y la colaboración, con frecuencia a través de esfuerzos de justicia que ya están en marcha en nuestras ciudades y pueblos. Como dice Nathan Walton en el video que aparece arriba, “el trabajo de justicia también es el trabajo del reino”.

Haga que su iglesia sea parte de una temporada de escuchar a sus comunidades, un tiempo de empatía hacia las necesidades que escucha y después responder a través de una alianza reflexiva para amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Parte 7 — Recursos para las iglesias

¡Este es el siguiente paso para usted y para su comunidad! Los recursos que aparecen abajo son cosas que existen y que pueden ayudar a las personas y grupos a aumentar sus conocimientos y su capacidad de amar a sus prójimos.

De cierta forma, la intención de esta herramienta es resaltar el trabajo y las voces de quienes están representados abajo. Lo que necesitan las iglesias ya existe y queremos que dedique su tiempo y atención a un trabajo realmente bueno.

Después de leer la Parte 6 de la herramienta, lea esta lista y decida qué área(s) usted y su iglesia deben abordar.

Abajo encontrará la Guía para el facilitador que ayudará a quienes son miembros de una iglesia a guiar de una forma intencional y amable a los grupos de la iglesia que están usando esta herramienta. También puede hacerse a sí mismo estas preguntas y empezar a correr la voz:

  • ¿Con qué iglesia puedo compartir esta herramienta?
  • ¿Con qué pastor o líder religioso puedo compartir esto?
  • ¿A qué organización cristiana local puede ayudar esta herramienta?

Finalmente, ¡contáctenos! Nos encantaría saber qué impacto ha tenido esta herramienta en su comunidad y también queremos ponernos a su disposición para acompañarlo en su trabajo y camino de justicia.

Equidad racial

  • Ministerio Be the Bridge (Ser el puente) para “empoderar a las personas y a la cultura para una sanación, equidad y reconciliación racial”.
  • Three Colors of Complicity (Los tres colores de la complicidad) de Jemar Tisby habla de la historia del racismo en la iglesia cristiana.
  • Cuatro artículos de justicia y raza de Tim Keller:
  • The Witness: A Black Christian Collective (El testigo: un colectivo cristiano negro) “es un colectivo cristiano que trabaja en asuntos relacionados con religión, raza, justicia y cultura desde una perspectiva bíblica”.
  • El documental Segregated by Design (Segregado por diseño) (17 min) sobre “cómo los gobiernos federales, estatales y locales segregaron inconstitucionalmente a todas las áreas metropolitanas más grandes de Estados Unidos a través de la ley y la política”.
  • UNDIVIDED (INDIVISO) es una experiencia grupal de seis semanas para las iglesias interesadas en la intersección de la fe y la raza.
  • La misión de The Repentance Project’s (El proyecto del arrepentimiento) es “promover sanación racial comunicando los legados sistémicos de la esclavitud, establecer relaciones y crear oportunidades a través de formación, arrepentimiento y reparación para un futuro justo”.

Sistema de justicia penal

  • El video de The Visiting Room Project (Proyecto cuarto de visitas) entrevista a hombres que están cumpliendo cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional.
  • Abolish Private Prisons (Abolir a las prisiones privadas) es una organización sin fines de lucro fundada con un propósito: “usar al sistema judicial de Estados Unidos para acabar con la horrorosa práctica de encerrar a la gente para generar ganancias”.
  • Plan de estudios de la Iglesia Menonita de EE. UU. sobre la abolición de la policía
  • Documental y libro de Fox y Rob Richardson sobre “la desconocida historia del amor que nos mantuvo juntos cuando las cárcel nos mantuvo separados” con prólogo de la hermana Helen Prejean.
  • Kit de herramientas Locked in Solidarity (Encerrado en solidaridad) de Christian Community Development Association, iniciativa para abogar y rezar por quienes han sido afectados por el encarcelamiento.

Prácticas reparadoras

  • Political Discipleship (Discipulado político) de Center for Public Justice es un plan de estudios para desarrollar “un enfoque práctico a la ciudadanía cristiana y al trabajo de justicia pública”.
  • Restorative Justice Project: A Diversion Toolkit for Communities (Proyecto Justicia Reparadora: un kit de herramientas de métodos alternos para las comunidades) quiere “crear un programa alterno de justicia reparadora antes de que alguien sea acusado de un crimen que reduce la criminalización de la juventud mientras satisface las necesidades de las personas que han sufrido el daño”.
  • El proyecto Restorative Church (Iglesia reparadora) “está creando conexiones entre la justicia reparadora, la teología reparadora y las prácticas reparadoras en las comunidades eclesiásticas”.

La pena de muerte

  • Right Here, Right Now: Life Stories from America’s Death Row (Aquí y ahora: historias de la vida en el corredor de la muerte de Estados Unidos) es una guía de preguntas para las iglesias.
  • Ghosts Over the Boiler: Voices from Alabama’s Death Row es una guía de preguntas para las iglesias.
  • Death Penalty Sundays (Domingos de la pena de muerte) – La Red Evangélica EJUSA ha creado paquetes de materiales diseñados para las iglesias interesadas en organizar eventos, servicios o discursos para reflexionar sobre la pena de muerte desde el punto de vista de la fe. Puede ser para iglesias de cualquier estado, pero hasta ahora hemos creado materiales específicos para South Carolina, Alabama y Oklahoma.

Para las iglesias católicas

Recursos adicionales para ver, escuchar y leer